martes, 9 de marzo de 2010

Bioordenadores... pufff

Cuando leo estas noticias relacionadas con la bioinformática siempre me queda algo por entender. Y es que comprendo por un lado cómo se organiza y emplea en Biología la información contenida en el ADN y, por otro, lo más básico del sistema binario y la forma de incluir información en un sistema de unos y ceros, pero soy un completo analfabeto en lo que respecta a los sistemas de procesamiento de dicha información por una máquina. En cualquier caso dejo aquí la noticia, relacionada con una tecnología futurista, qué duda cabe, para los que sí entendáis cómo funciona el procesamiento de datos. Yo tendré que informarme un poco más antes de apreciarla por completo.

Bioordenadores, la informática del ADN

El ácido desoxirribonucleico, ADN, almacena todas y cada una de las instrucciones genéticas necesarias para el desarrollo, la supervivencia y la replicación de los organismos vivos.


El papel principal de las moléculas de ADN es ser portadoras y transmisoras entre generaciones de la información genética inherente a cada especie, y lo hacen por medio de los segmentos de ADN que conocemos como genes.

El soporte de todo este inmenso caudal de información es un largo polímero de unidades simples, ladrillos, llamadas nucleótidos, construidos a partir de un armazón hecho de azúcares y grupos de fosfato unidos alternativamente entre sí mediante enlaces de tipo éster. Conectado a cada azúcar está cada uno de los cuatro tipos de moléculas llamadas bases nitrogenadas, adenina, guanina, timina y citosina.

Desde hace años, prestigiosos departamentos universitarios en los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón; las divisiones científicas de los gigantes de la informática, IBM, HP Labs, Microsoft Research..., y el propio Departamento de Defensa de EE.UU. trabajan en el desarrollo de «ordenadores de ADN, es decir, de bioordenadores capaces de imitar los métodos de almacenamiento y procesado de las cadenas de ADN. Superar en un billón de veces la memoria de un superordenador como el Blue Gene, o en un millón de veces la velocidad de cálculo del supercomputador Finis Terrae es el objetivo.

Los bioordenadores no están a la vuelta de la esquina. Más bien se hallan todavía en una fase teórica. O al menos esa era la situación hasta ahora. Porque un equipo de científicos japoneses de la Universidad de Toyama acaba de anunciar la síntesis del primer ADN artificial del mundo.

FUENTE | Edición de madri+d de una noticia de ABC Periódico Electrónico S.A. 22/07/2008

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